miércoles, 27 de marzo de 2013

Soulmate

Bienvenidos al fin del mundo, al desfile de máscaras que dibujan sonrisas donde sólo hay lágrimas. Bienvenidos al desorden, al caos, a la oscuridad total. Bienvenidos al mundo de los chascos, de las pérdidas, de las renuncias y los imposibles. Bienvenidos, bienvenidos al lugar donde te sorprenden con puñaladas traperas en cada esquina. Bienvenidos al averno, a la penumbra, al submundo. Bienvenidos al abismo, a las tinieblas, a la pena, a la ira, a la impotencia. Bienvenidos a los gritos, a los llantos de madrugada, al tembleque de manos y piernas, a la piel de gallina, a la ausencia de estabilidad.

Bienvenidos a la búsqueda de su fantasma. De mi  fantasma. De su recuerdo; respirar su olor, buscar entre las sábanas sus abrazos sabiendo que no está, revolver los cajones cuando no encuentro sus cartas, perseguir cada paso que di junto a él sonriéndole al aire como si estuviese a mi lado, imaginar que va cogido a mi mano, seguir riéndome cuando recuerdo cada locura que hicimos juntos, cada caída al suelo, cada pique absurdo, cada broma, cada chiste malo a costa del otro, cada escapada a la casa del pecado. Bienvenidos al martirio del recuerdo del mapa de su desnudez, de cada caricia por cualquier parte de la piel, de cada mordisco en cualquier rincón escondido de su cuello, de cada mirada cómplice tras la cual ambos sabíamos lo que iba a ocurrir, de cada escalofrío desde la nuca hasta la misma planta del pie, de cada picardía. Bienvenidos al derrumbe, al final del precipicio, al gran golpe.

Bienvenidos a. Bienvenidos a. Bienvenidos a la nada. Al vacío.

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