viernes, 30 de diciembre de 2011

Elle.

Pasan meses. Meses de no saber nada de ella, de haber estado separadas, de Almería a Granada. Pueden haber pasado meses y haber registrado cada foto en su perfil, de intentar adivinar si está bien o está mal. Pero con solo media hora de tenerla conmigo ya se sabe todo lo que me ha pasado en esos meses de distancia, ya sé cómo ha estado. Podrían pasar mil vidas que nunca me olvidaría de lo mucho que me ayudó hace un año, de que fue la única que me hizo levantarme y sin conocerme. Su sonrisa me hace feliz, es verla y no puedo evitar correr para sentirla conmigo, para abrazarla, para cerciorarme de que no es una ilusión. A cada paso que dí hacía ella me daba más y más miedo que de repente se desvaneciera con el aire, pero ahí estaba cuando la abracé, estaba conmigo y yo ya era feliz. Y siempre lo seré con ella, aunque pasemos juntas dos días al año.

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